De 1 a 3 años | familiaynutricion.com.co

De 1 a 3 años | familiaynutricion.com.co

Ninos-Banner-Img
 
Niños: 1 a 3 años

Durante esta etapa podrás observar:

•    Crecimiento y madurez en la mayoría de sus órganos y sistemas.
•    Menor interés por probar los alimentos.
•    Aumentan las necesidades de proteínas (como huevo, pollo, carne y pescado), ya que el crecimiento de músculos y tejidos toma mayor relevancia.
•    El consumo en ciertos alimentos puede ser lento por la inmadurez en la masticación y deglución.
•    Aumento de peso, aproximadamente de 2 a 2.5 Kg por año.

Alimentos para introducir según esta edad

Edad
Alimento
Textura
Frecuencia
Cantidad total
12 – 24 meses
Todos los alimentos que consume la familia.
Alimentos de la familia, cortados o triturados según la necesidad.
3 comidas y 2 refrigerios (opcional) + leche materna o fórmula infantil.
Una taza de 250 ml en cada comida.

Niños pequeños difíciles de alimentar

Es normal que un niño que solía comerse todo, de repente e inexplicablemente se vuelva exigente con la comida, e incluso que haga rabietas. El niño puede rechazar los alimentos saludables que sus padres le sirven o exigir el mismo alimento en cada comida.

Los padres se sorprenderán e intranquilizarán cuando el niño:

•    Se niega a comer.
•    Juega con la comida en vez de consumirla.
•    Come menos de lo habitual.
•    No le gusta y se niega a comer verduras, frutas , carne o leche.
•    Se queja de masticar.
•    Exige el mismo alimento en cada comida.
•    Prefiere la 'comida rápida' a una alimentación sana.
•    Hace pataletas en la mesa.
•    Se molesta con la comida.

Todos estos comportamientos preocupantes e incómodos para los padres, son típicos en los niños y se pueden manejar con paciencia y perseverancia. Si surgen batallas para comer, los padres deben respetar las necesidades del niño sin dejar de asegurarles los nutrientes que se consumen.

Recuerda: Los padres son quienes deciden las comidas y refrigerios saludables que le darán a sus hijos. Por tanto, los niños pueden controlar cuáles y cuántos de estos alimentos comerán, pero tú eres quien en realidad determina su nutrición.

Una buena pauta a seguir es la de ofrecer tres comidas y dos o tres meriendas al día. Los niños que 'pican' continuamente tienden a no tener apetito para las comidas regulares. Beber demasiado jugo o agua  entre comidas puede tener el mismo efecto.

Promover  hábitos saludables

Los niños pequeños (entre 1 y 3 años de edad) pasan por una transición en la elección de comidas y los hábitos alimentarios. Empiezan a adoptar patrones de alimentación de adultos. Dado que las preferencias alimentarias se establecen en los primeros años de vida, es indispensable que ayudes a tu hijo a desarrollar el gusto por todos los alimentos  desde ahora. 



Consejos para la alimentación de los niños

•    Sírvele a tu hijo los mismos alimentos que el resto de la familia está comiendo.
•    Programa las comidas y los refrigerios: tres comidas principales y dos o tres meriendas cada día.
•    Ofrécele una amplia gama de comidas frescas de todos los principales grupos de alimentos.
•    Proporciona opciones creativas de sabores, colores y texturas, y organiza los alimentos de manera que sean atractivos visualmente:

       •  Usar la decoración del plato como ventaja:
            • Usar frutas y verduras para agregar color a las comidas.
            • Dejar algo de espacio vacío en el plato.
            • Hace figuras divertidas en el plato usando los mismos alimentos.

•    Permite a los niños responder a sus propias señales internas de hambre y saciedad. Nunca los obligues a comer de más.
•    Trata de darle a tu hijo comidas agradables y evita los alimentos que pueden causar asfixia como uvas, perros calientes, crispetas, nueces, zanahorias crudas y caramelos.
•    Limita el consumo de gaseosas y otras bebidas endulzadas.
•    Interrumpe el biberón y comienza a alimentarlo con una taza, cuchara y plato.
•    Anima a tu hijo a participar en actividades físicas.

•    Sé un buen modelo en hábitos alimenticios para tu hijo, si percibe que comes sano muy probablemente seguirá tu ejemplo.
•    El desayuno es la comida más importante del día.
•    Limita los alimentos densos en calorías y bajos en nutrientes como comidas rápidas.
•    Reduce el consumo de sal, incluyendo los alimentos procesados.

Dale a tu niño espacio para crecer

Después del primer año, los niños crecen a un ritmo más lento y el apetito puede disminuir. Exploran alimentarse por sí mismos, primero con los dedos sin importarte que se ensucien  y luego con el uso de cubiertos, de la edad de 15 a 18 meses. Dale a tu hijo muchas oportunidades para practicar estas habilidades, pero ayúdalo cuando surjan las frustraciones. Debes darle la oportunidad de desarrollar sus habilidades, da un paso atrás y déjalo que  haga cargo.

Guía alimentaria para niños a partir del primer año

1.    Frutas y verduras
•    Consumir frutas y verduras de diferentes colores cada día y en la cantidad recomendada para cada edad. Incluir una porción en cada comida.
•    Incrementa el consumo de frutas enteras, limitando los jugos.

2.    Pan, cereales y pastas
•    Incluye diariamente las porciones recomendadas de acuerdo a su edad y necesidades individuales.
•    Adiciona en su alimentación pan y cereales integrales, en lugar de productos refinados.

3.    Proteínas
•    Consumir pescado y carnes magras (de res, ternera o aves) en preparaciones a la parrilla, cocidas, asadas u horneadas.
•    Evita el consumo de alimentos fritos.
•    Incluye de forma regular pescado como plato principal.
•    Ten en cuenta en su alimentación las leguminosas como frijol, lenteja o garbanzo, por lo menos dos veces por semana.

4.    Lácteos
•    Introduce a su alimentación diaria productos lácteos como leche, yogurt o queso en la cantidad recomendada.
•    Es recomendable el consumo de leche y lácteos bajos en grasa.

5.    Grasas
•    Preferiblemente el consumo de grasas provenientes de pescado, nueces y aceites vegetales.
•    Evita el consumo de grasas animales, mantequilla, manteca y de grasas trans.
•    Una alimentación muy baja en grasas puede llevar a la disminución en el consumo de ciertos micronutrientes; no obstante, la ingesta elevada de grasas puede aumentar el riesgo de obesidad y enfermedad cardiovascular.